Un bronco debate para unos presupuestos inciertos
La
primera sesión parlamentaria para la aprobación de los Presupuestos Generales,
evidenció la fragmentación del parlamento españistaní. Aunque se vislumbraron
algunos acercamientos entre el TCP y el PS, el cruce de reproches en el turno
de réplica entre ambas formaciones no deja nada cerrado por el momento. En lo
que respecta al principal partido de la oposición, el TUPPER, su inamovible
postura de no apoyar los presupuestos del gobierno y la posible pinza parlamentaria
con el PLC y los extremistas del PEP dejan un panorama incierto a unos
presupuestos más necesarios que nunca.
Matias Kraft.
Madridistán.16
Mayo 2017.
La sesión parlamentaria comenzó con el habitual intercambio
de saludos entre los líderes de las formaciones políticas y el presidente de la
cámara. Se notaba cierto nerviosismo especialmente entre las formaciones
nuevas, para las que era su primer debate sobre unos presupuestos generales. Y
entre algunos parlamentarios del partido del gobierno conscientes de lo que se
juegan en estos presupuestos.
Siguiendo el orden establecido, la portavoz del TCP Naira
Martín, inició la presentación de los presupuestos con un claro y certero
análisis de la situación económica del país. A medida que enumeraba las
propuestas de recaudación y gastos, los parlamentarios del TUPPER mostraban su
disconformidad desde sus escaños, especialmente en las referidas al aumento del
gasto público y la subida de impuestos a las empresas y al IBI de la iglesia,
uno de sus principales puntos de fricción con el partido del gobierno.
A continuación, el portavoz del grupo parlamentario
TUPPER, Pablo Roldán inició su intervención con el estilo pausado que le
caracteriza, presentando unos presupuestos con alta contención del gasto
público y fomento de la iniciativa privada, como viene siendo habitual en la política
económica de esta formación. A la finalización de su intervención recibió los
calurosos aplausos de la bancada conservadora.
El foco de atención se centró después en la esperada
intervención del PS, una de las grandes revelaciones electorales de las
elecciones pasadas y que presentaba por primera vez unos presupuestos en la
cámara baja. Su portavoz, el polémico presentador de “La Torca” Javier Fuertes
Pina, realizó una técnica intervención parlamentaria, alejada de las encendidas
arengas políticas a las que está más acostumbrado. Como era de esperar, Fuertes
Pina centró el objetivo de los presupuestos en el aumento del gasto público y
la elevación de la carga tributaria a las empresas y clases altas, provocando
airados comentarios desde los escaños conservadores y de la extrema derecha.
El cuarto partido en intervenir, el polémico PEP subió al
estrado representado por su portavoz Frank Schieber Ortega, al tiempo que era
jaleado por sus acólitos desde la parte derecha de la cámara, como viene siendo
habitual en la liturgia de escenificación partidista de esta formación política.
Schieber, con actitud altiva, sintetizó en sus presupuestos las tradicionales
recetas de la extrema derecha para salir de la crisis: abandonar el euro,
expulsión de los inmigrantes, creación de una moneda llamada “longa” que
supuestamente sería más fuerte que el euro y subir impuestos al alcohol y las
drogas. Es en este último punto donde se produjo la mayor sorpresa de la cámara,
pues no se entiende, que la formación de Schieber Ortega, de corte extremista y
nacionalista, defienda con tanto ahínco
una medida en la que el resto de sus
socios europeos, como el Frente Nacional Francesco, plantean una política
totalmente contraria, con fuertes medidas contra la legalización y consumo de drogas.
Por último, intervinieron los autodenominados
representantes del “Cambio Tranquilo”, el partido PLC con su portavoz Álvaro Aguilar
a la cabeza. En una intervención marcada por el evidente nerviosismo de su líder,
el PLC de forma concisa representó la voz de los Autonomos y las Pymes sus
principales feudos electorales. Aguilar, insistió desde el estrado, en la
necesidad de reducir los impuestos a los autónomos para dinamizar la economía, así
como otra serie de medidas de reducción fiscal que generaron sorpresa entre los
partidos situados a la izquierda del arco parlamentario, pues el PLC planteó
unos presupuestos muy centrados en la reducción de impuestos pero nada
concretos en lo que a distribución de los gastos se refiere.
Fue en el turno de preguntas y en el consiguiente turno
de réplica, donde los parlamentarios evidenciaron sus diferencias y se
generaron las mayores polémicas del debate sobre los Presupuestos Generales de
Estado.
Por un lado el principal partido de la oposición, el
TUPPER, marcó distancias con el PEP con la intervención del diputado José
Alonso, quien le pidió explicaciones a la formación de Schieber Ortega sobre su
propuesta de salida del Euro. Lo que derivó en la soberbia contestación del líder
del PEP afirmando, sin aportar datos, que con la nueva moneda Españistán
recuperaría su soberanía económica.
Por otro lado, se produjeron tensos momentos entre el TCP
y el PS a cuenta del aumento del gasto público. El PS una vez más, volvió a
reprochar al partido del gobierno su deriva hacia posicionamientos liberales y
el abandono de la socialdemocracia, afirmación que provocó un notable malestar
en las filas del TCP. No obstante, se pudieron observar puntos de acercamiento
entre ambas formaciones, especialmente en política migratoria, recaudación de
impuestos especiales al alcohol y drogas y la inclusión de la iglesia en el
IBI.
En cuanto al PLC, hay que destacar que mantuvo una
posición bastante neutral durante el turno de preguntas y réplica, rozando en
algunos momentos la divagación y la inconcreción en sus respuestas, probablemente
como parte de su estrategia parlamentaria de encontrar un grupo con el que
formar coalición y ser la llave de gobierno.
Por último, en el apartado de incidencias hay que
destacar las llamadas de atención del presidente de la cámara a la diputada del
PS Laura García y al diputado del PEP Pablo Gallego. A la primera por mostrar
una bandera republicana al finalizar la intervención de su portavoz, y al
segundo por sus continuas interrupciones y exageradas arengas al líder de su
partido.
La primera sesión, concluye de esta manera sin dejar una
clara idea de cómo serán los presupuestos generales de este año pues la
fragmentación parlamentaria obliga a la formación de coaliciones políticas.
Será en la segunda sesión de negociación cuando se pueda vislumbrar la posible
aprobación de los mismos. Mientras tanto, el país espera que sus políticos
estén a la altura de las circunstancias, ya que los ciudadanos aguardan
impacientes la aprobación de unos presupuestos que les afectan directamente en
aspectos como sanidad, educación, seguridad o pensiones.
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